martes, 23 de noviembre de 2010

Programa de Bebés virtuales

A continuación les dejo una información de interés para la población, la baje de un medio escrito del país, espero que les guste.   
    
        Siete de cada diez embarazadas en América Latina son adolescentes de 15 a 19 años de edad. Honduras es uno de los países con más alta incidencia de la región, ya que se estima que el 30% de los partos son de jóvenes de 13 a 19 años, según datos de la Organización Iberoamericana de la Juventud, OIJ.

Las cifras van en aumento. En 2009, en el Materno Infantil de San Pedro Sula se atendieron 4,011 partos de jóvenes entre 12 y 19 años. De cada tres madres que se atienden a diario en este hospital, una es adolescente.

En Honduras, por cada mil parturientas registradas anualmente en los hospitales públicos, 140 tienen entre 13 y 19 años, según el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo. En su gran mayoría acaban siendo madres solteras.
Las estadísticas confirman la falta de educación en el tema de sexualidad y exceden los datos reportados por el resto de los países de Centroamérica. El informe revela que Nicaragua registra 119, Guatemala 114, El Salvador 104, Belice 95, Panamá 89 y Costa Rica, 78.
América Latina es la única región del mundo donde la tasa de fecundidad entre las adolescentes ha seguido creciendo en los últimos 30 años.
El informe, elaborado por la Organización Iberoamericana de la Juventud, OIJ, señaló que un 7.3% de los embarazos se producen en adolescentes de entre 15 y 19 años.
Los representantes de la OIJ pidieron a los gobiernos que apuesten por mejorar la educación sexual de los jóvenes mediante “políticas serias y decididas” que permitan reducir estas cifras.
Falta de comunicación
La psicóloga Candy Córdova dijo que las últimas estadísticas reflejan que las adolescentes están teniendo relaciones sexuales a más temprana edad; por ejemplo, en las muchachas se da entre 15 y 16 años y en los varones, de 13 a 14 años.
“Varios factores desencadenan esta situación, como la falta de comunicación entre los padres o la poca educación en el hogar. A muchos papás se les hace difícil tocar el asunto por vergüenza o miedo y piensan que si hablan de ello con sus hijos, los inducirán a hacer algo, pero eso no es cierto. Entre más informado esté un joven, tiene mayor determinación para tomar decisiones acertadas”, indica Córdova.
La profesional lamenta que en los colegios y escuelas no exista una materia específica enfocada en la sexualidad, “se habla de una forma biológica y la información es muy breve.

Algunos muchachos quieren saber más, pero les da pena preguntarles a sus padres, porque ellos, en vez de aconsejarlos, los reprenden. Entonces buscan consejos en otras personas que suelen orientarlos mal”.
Otro grave problema es que casi siempre hay fuerte presión sobre las jóvenes embarazadas. Algunas se ven orilladas a abandonar sus estudios, sufren agresiones de su familia y del entorno, tienen menos oportunidades de conseguir empleo y se interrumpe su proyecto de vida, sin olvidar que deben educar a su hijo en un ambiente desfavorable, indica Córdova.
Estas presiones pueden orillarlas a tomar la decisión de recurrir a un aborto. Algunas veces hasta sus novios las obligan a tomar esa decisión. “Se requiere un esfuerzo colectivo en que se proporcione información adecuada sobre sexualidad a la población para evitar este problema”, comenta.
Ante el incremento de embarazos en jóvenes, se creó en San Pedro Sula un programa de prevención dirigido por Comunicación y Vida, Comvida.
“Desde marzo de 2008 se desarrolla el programa de las panzas y los bebés virtuales y se imparten charlas de educación sexual en los colegios y a jóvenes de varias comunidades, dice Claudia Flores, coordinadora de los educadores.
Este proyecto de las panzas y los bebés virtuales no está funcionando actualmente, pero se espera reanudarlo este año. Mientras tanto, continúan las charlas y las capacitaciones de jóvenes líderes para que lleven el mensaje a sus compañeros.
“Debido a la necesidad de orientar a los jóvenes y promover los valores perdidos, nuestro compromiso es trabajar en coordinación con los maestros y padres de familia aplicando un programa de educación en valores”, dijo Elena Argentina Flores, orientadora de del instituto San Vicente de Paúl. “Una vez al mes nos reunimos con padres y maestros para hablar de valores como el respeto, el amor y la integridad, con el propósito de formar jóvenes integrales que ayuden a la sociedad”, explicó.
Fuente:

Diario La Prensa

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